Una gran parte de las
empresas mundiales han tenido que tomar decisiones drásticas sobre las
plantillas para compensar tendencias negativas en las ventas, reducciones del
margen, entrada en pérdidas, situaciones complicadas a nivel financiero,
problemas de tesorería, etcétera.
Como directivos y responsables del timón de mando de
la compañía, hemos de ser firmes a la hora de tomar una decisión –habitualmente
dolorosa- de reestructurar la compañía; pero a la vez hemos de ser conscientes
de que, por muchas connotaciones negativas que tenga este proceso,
encontraremos el lado positivo en la oportunidad que se nos presenta de
'reflotar' la compañía y devolverla a la senda de la competitividad.
Sin embargo,
para poder salir airosos de un proceso de reestructuración es muy importante
abordar este proceso desde seis pilares, y tener en cuenta los aspectos clave
en cada uno:
1.Objetivos de la reestructuración: Es fundamental diseñar correctamente
el plan, realizando un análisis exhaustivo de las causas que nos han llevado a
esta situación para definir acciones concretas que tengan un horizonte temporal
y que nos permitan medir su impacto y su resultado, comparándolo siempre con
nuestra situación inicial. El diseño de este plan, sus objetivos y su
posterior hoja de ruta son fundamentales para saber qué tenemos que hacer en
cada momento, y evitar futuras improvisaciones que tendrían un efecto muy
negativo.
2.Adecuación de las operaciones: Es muy posible que nos enfrentemos a
un ajuste importante de las operaciones: concentración de la producción,
reducción de fábricas, traslado de centros productivos, cambios en el modelo
organizativo y productivo, externalización de alguna fase del proceso de
fabricación, etcétera. A partir de aquí, es clave medir el impacto económico a futuro y
gestionar correctamente la negociación laboral, para evitar en lo posible una
futura reclamación colectiva; pero sobre todo es fundamental gestionar
correctamente la comunicación y la información para salir airoso de este
proceso.
3. Adecuación de mi porfolio de productos y
servicios: Es muy habitual que una gestión
incorrecta del portafolio de productos y servicios sea una de las causas de
haber llegado a esta situación. Tenemos que aprovechar la situación y
reorganizar nuestra oferta para potenciar aquellos productos que tienen la
mejor combinación de margen y rentabilidad, proyección a medio y largo plazo, posicionamiento
e imagen de marca en el mercado y valor diferencial para el cliente. Si
reestructuramos correctamente nuestra oferta, nos podremos hacer fuertes de
nuevo desde la base de la compañía para volver a crecer de forma sostenible en
el futuro.
4.Reestructuración financiera: Debemos analizar correctamente la
estructura de costes y nuestra situación financiera para definir acciones a
corto plazo que nos permitan reducir rápidamente los costes fijos y variables,
pero a la vez implementar acciones a medio y largo plazo que nos permitan
cambiar el modelo de financiación y liberar posibles tensiones de tesorería y
de financiación.
5.Reorganización del equipo directivo: Es evidente que parte de la
responsabilidad de la situación actual de la compañía radica en el equipo
directivo y por tanto resulta obvio que los actuales directivos no son los más
adecuados para sacarnos de esta situación. Pero también es evidente que no
podemos sustituir de hoy para mañana a todo nuestro equipo. La
identificación de los perfiles clave y la planificación exhaustiva de los
cambios que tenemos que acometer para integrar en el equipo perfiles expertos
en este tipo de procesos y que aporten otra visión y las necesarias motivación
y proactividad, serán fundamentales para evitar una confrontación y luchas
internas que no
favorecerán en absoluto una buena gestión del proceso de reestructuración.
6.Cultura y personas: La desmotivación y visión negativa
entre los trabajadores es algo comprensible en este tipo de procesos, razonable
en todo caso si nos hemos visto obligados a realizar algún expediente de
regulación de empleo o despidos de trabajadores. Pero por otro lado, y pensando
en el futuro de la compañía, tenemos que apalancarnos en nuestra plantilla y
empezar a construir el futuro sabiendo que una vez superado el proceso de
reestructuración el siguiente paso será cambiar de una cultura de reestructuración a una cultura de construcción. Evidentemente esta será una de las
claves del futuro, si bien es cierto que nos llevará mucho tiempo y esfuerzo
conseguirlo.
Si somos
capaces de gestionar correctamente todos estos frentes, nos situaremos en una
situación óptima para salir con éxito del desagradable proceso de
reestructuración que nos ha tocado vivir. Y también es cierto, y así lo
confirma la experiencia, que si somos capaces de superar una situación
complicada y adversa saldremos muy reforzados para afrontar el futuro.VICENTE SEGURA
http://www.expansion.com/2012/01/19/empleo/opinion/1326992449.html
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