jueves, 31 de julio de 2014

LA RESPUESTA ES LA ECONOMÍA CREATIVA

Con todas sus diferencias, hay una serie de problemas que, en mayor o menor medida, comparten la mayoría de las ciudades del mundo, desde Nueva York hasta Seúl, pasando por Medellín y Buenos Aires. Distribución desigual de los ingresos, desocupación especialmente entre los jóvenes–, e ineficiencia energética son algunos de los mayores males urbanos de nuestra época.

Las preguntas son prácticamente infinitas: ¿Cómo generar puestos de trabajo en economías cada vez más desindustrializadas?, ¿Cómo revitalizar zonas postergadas de la ciudad sin generar una indeseada gentrificación? Y, por sobre todas las cosas; ¿Cómo encarar un plan de desarrollo inclusivo, sustentable y sostenible a largo plazo?

En los últimos años, especialistas de todo el mundo y todas las disciplinas empezaron a plantear una solución viable a corto y largo plazo, que es el fomento a la así llamada economía creativa, un concepto que suena novedoso pero es, en realidad, tan antiguo como la humanidad misma. Se trata de una economía basada no ya en manufacturas y commodities, sino en la creatividad y el valor intelectual de las personas. En su faceta más evidente se refiere a todas aquellas actividades artísticas tales como música, diseño, libros, moda, películas y etc., pero es también mucho más que eso.

Las nuevas tecnologías, las innovaciones de la ciencia y el fomento a bienes y servicios de alto valor agregado son todos distintos aspectos de lo mismo: en esta era de revoluciones tecnológicas diarias, la capacidad de pensar nuevas ideas e imaginar el futuro es la clave para un desarrollo equitativo que apunte a mejorar la vida de todas las personas, generando valor agregado, puestos de trabajo y crecimiento económico.

En esto coinciden las Naciones Unidas, que desde 2008 publican periódicamente reportes sobre el valor de la economía creativa a nivel mundial; el Banco Interamericano de Desarrollo, que resalta el potencial de lo que ellos definen como Economía Naranja; y las principales economías del mundo, cuyos modelos de acción están virando en esta dirección. Los números, además, no mienten: la economía creativa es el quinto sector más importante en términos de ventas a nivel mundial, y las exportaciones de bienes y servicios creativos alcanzaron, en 2011, la suma total de 646 mil millones de dólares.

A nivel local, cabe en este punto señalar que Argentina es el cuarto exportador a nivel mundial de contenidos de televisión, y el primer exportador de franquicias de la región; a la par que diseñadores de indumentaria locales exportan a toda la región, el hemisferio norte y hasta Japón.

Estos casos, y muchos otros, sirven para demostrar que la materia prima está, en abundancia, y eso es lo más importante a la hora de replantearse el presente y pensar un futuro en el que, está claro, la economía creativa tendrá un papel más que fundamental.

Para los países que la sepan explotar, las posibilidades son infinitas: aprovechémoslas a nuestro favor.

Enrique Avogadro

http://www.cronista.com/columnistas/La-respuesta-es-la-economia-creativa-20140730-0033.html