La economía china se está
acercando a un punto que exige que relaje su control sobre la industria y se
mueva hacia el libre mercado, dijo el lunes el Banco Mundial mientras
proyecta que el país se transformaría en la economía más grande del mundo hacia
el 2030.
Tras pedir a Pekín y a sus líderes
entrantes revisar la estructura de la segunda economía más grande del mundo
para mantener el alza del ingreso y la productividad en los próximos años, el
Banco Mundial instó al gobierno a tener la voluntad de lograr un cambio.
Sin nuevas políticas para aliviar
las desigualdades en el ingreso y fomentar el consumo interno sustentable,
China podría enfrentar prolemas sociales, mientras que una dependencia excesiva
de las exportaciones podría crear tensiones comerciales inmanejables en el
extranjero, advirtió la institución.
"Como los líderes chinos saben, el
modelo de crecimiento actual del país es insostenible", dijo el presidente
del Banco Mundial, Robert Zoellick, en el lanzamiento del "Informe
China 2030" en Pekín.
"Este no es el momento para
sólo salir del paso. Es tiempo de adelantarse a las cosas y adaptarse a grandes
cambios en el mundo y en las economías nacionales", añadió.
El informe de 468 páginas tiene seis
amplias recomendaciones para Pekín: fortalecer una economía de mercado,
fomentar la innovación, volverse "verde", proveer seguridad social
para todos, mejorar el sistema fiscal y buscar relaciones de beneficio mutuo
con el mundo.
Entre otras recomendaciones
específicas, el organismo instó a Pekín a liberalizar el sistema bancario,
permitir que las tasas de interés sean fijadas por el mercado, desarrollar su
sector privado, proteger los derechos de los agricultores y reducir la
dependencia que los gobiernos locales mantienen de los ingresos de terrenos.
Estos cambios podrían producir una
China más estable e igualitaria en la distribución de la riqueza, que dependa
menos de las exportaciones y de la inversión para el crecimiento económico, y
más de un consumo interno que pueda sostenerse, dijo el banco.
Una economía reestructurada ayudaría
a China a dar el salto desde un país de ingreso medio a uno de ingreso alto, y
evitar así la "trampa del ingreso medio", donde el crecimiento del
ingreso y de la productividad del país se estancan después de que alcanzan
cierto nivel.
La rápida urbanización ayudaría a la
economía, dijo el organismo, elevando la proporción de residentes urbanos a
cerca de dos tercios de la población total desde la mitad actual.
Pero ese sólido crecimiento tiene un
precio.
La abrumadora influencia comercial
china avivaría las tensiones en el comercio, ya que su participación en el
mercado exportador mundial subiría a un 20 % hacia el 2030, casi el doble del
máximo de la cuota de mercado de Japón a mediados de la década de los ochenta.
"Si China sigue su actual
trayectoria, causaría fricciones comerciales inmanejables mucho antes del 2030",
dijo el informe.
Otros factores en contra de China
son su fuerza laboral, que se encoge, y una población que envejece antes de
hacerse rica.
El ratio entre la cantidad de
residentes de edad avanzada y el número de jóvenes se duplicará en los próximos
20 años para alcanzar un nivel visto hoy en Noruega y Holanda, dijo el banco, y
añadió que la fuerza laboral se empezaría a contraer después del 2015.
Pekín criticó algunas de las
sugerencias del organismo, diciendo que no eran lo suficientemente amplias y
objetivas.
Dong Tao, economista de Credit
Suisse en Hong Kong, advirtió a los inversores contra la idea de que Pekín
adoptaría todas las ideas del Banco Mundial, en especial respecto a las
privatizaciones.
"Como economista, soy admirador
de las economías de mercado. Pero Pekín tiene que equilibrar lo que es bueno
económicamente con lo que es política y socialmente práctico", acotó.
Mara Echeverria
http://www.elfinanciero.com.mx/index.php?option=com_k2&view=item&id=6850&Itemid=26
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