Aunque el
BRICS pueda devenir una base para el futuro crecimiento dinámico de la economía
y las finanzas mundiales. “El actual período de caída es propia de las
estructuras económicas que se desarrollan desigual y heterogéneamente, al igual
que cualquier organismo”, asevera el científico ruso Vladislav Zagashvili del
Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales.
Con la circunstancia
de que “en la etapa dada la alianza informal del quinteto no puede ser vista,
pese a los encuentros al más alto nivel y a las propuestas que ella presenta,
como algo estructuralmente formado. Por el momento, cada uno de los países
participantes en mucho se respalda en su propia visión del desarrollo, de lo
que derivan problemas a nivel nacional, que ponen en peligro la formación
institucional de una alianza sólida”. Él dice:
—Por cierto que no faltan opiniones de economistas y politólogos de que
alguno de los países no satisfaga determinadas condiciones. También se menciona
a Rusia. Ella, según algunos analistas, no es digna de hacer parte del BRICS
debido a la ausencia de los parámetros necesarios, en particular, de los ritmos
de crecimiento económico, y a las peculiaridades de su industria, que no se
desarrolla hacia las ramas con alto valor añadido.
En efecto, en Occidente no quisieran ver en la alianza
rivales serios. Pues ahora el BRICS significa el 40 % de la población del
planeta, el 18 % de la actividad económica mundial, el 15 % del comercio
internacional y el 50 % de las inversiones internacionales. Es decir, estos
cinco países siguen siendo muy atractivos para la cooperación. Incluso si
algunos del magnífico quinteto registran cierta mengua.
Como, por
ejemplo, Brasil. Desde el punto de vista del vicedirector del Instituto de
Estudios Latinoamericanos de la
Academia de Ciencias de Rusia Vladímir Súdarev, esto no
significa que decaiga la economía del líder de América del Sur. Resalta que
actualmente el Gobierno de Dilma Rousseff introduce urgentemente un conjunto de
ventajas fiscales a fin de elevar la competitividad de la industria. Se ha
anulado el impuesto del 20 % sobre el aseguramiento social de los trabajadores
en quince ramas, así como el impuesto sobre la exportación.
—Yo no diría que Brasil registra una mengua. Allí hay un leve
“recalentamiento” de la economía. En principio, se observa cierta disminución
del PIB. Pero es una reacción a las consecuencias de la crisis económica
mundial y Brasil, al igual que la mayoría de los países latinoamericanos, salió
de esta con más éxito que muchos estados europeos y otros.
Vladímir Sudarev llama la atención sobre el hecho de
que en la estrategia económica la Presidenta Rousseff
continúe el rumbo de su antecesor Lula da Silva, orientado a la solución de los
problemas sociales, al distanciamiento del neoliberalismo en la economía,
propuesto en su tiempo por EEUU. Según datos de 2011, Brasil es la sexta
potencia económica del mundo.
Rousseff no
ocultaba la presencia de serias contradicciones con EEUU en la esfera
económico-comercial. La firma del convenio de libre comercio, así como la idea
de la llamada alianza etanólica se posponen por tiempo indefinido. El mercado
norteamericano, como antes, está cerrado para el biocombustible, jugo de
naranja y carne blanca brasileños. A la vez, Brasil es muy prometedor en la
esfera energética: se descubrieron grandes reservas de petróleo en la
plataforma, adonde fueron invitados los norteamericanos para su extracción.
Cabe decir que el desarrollo económico del gigante
suramericano fue contribuido en grado notable por sus estrechos nexos con
China. Ambos países, al desarrollarse con éxito, venían fortaleciendo asimismo
los vínculos comerciales. El algoritmo de la cooperación se conoce bien: los
recursos brasileños a cambio de productos chinos. En esto Brasil actuaba como
un gran proveedor de mineral de hierro y soya.
He aquí la
opinión de Marcos Trogjo, profesor de la Universidad de Columbia de Nueva York y director
del laboratorio que estudia el fenómeno del BRICS: “Valiéndonos apenas del
ejemplo de China y Brasil, será fundamental observar cómo estos países
promueven su poder, influencia y prestigio con vistas a elevar la prosperidad
económica. Es equívoco suponer que China asuma grandes responsabilidades
globales.
China
proyecta su influencia fundamentalmente a la región asiática. Y pese a que
últimamente suenan cada vez más a menudo las voces sobre la necesidad de unirse
con Taiwán, China usará la fuerza tan solo en la medida que no perjudique su
prosperidad económica. Para China la tarea esencial será pasar de la denominada
nación comerciante al estatus de mega productora de artículos de alto valor
agregado”.
Alexander Sudnishnikov
http://spanish.ruvr.ru/2012_04_26/brics-crisis/