El descubrimiento de petróleo en
Guyana podría resultar en un dilema para el país sudamericano, dado que la
Comunidad del Caribe (Caricom, en inglés) y otros pequeños estados insulares
presionan para limitar la emisión de gases de efecto invernadero y así mantener
a raya el aumento de la temperatura global, según lo establece el Acuerdo de
París.
La empresa petrolera Exxon Mobil anunció en enero de este año la
perforación de un pozo de exploración en aguas profundas que podría confirmar
que el fondo marino de Guyana contiene uno de los más ricos yacimientos de
petróleo y gas natural descubiertos en décadas.
Los expertos calculan que uno solo de los yacimientos offshore, conocido como Liza, podría
contener 1.400 millones de barriles de petróleo y mezcla de gas natural.
Sin embargo, en vista del cambio
climático exacerbado por las emisiones de gases de efecto invernadero, Al
Binger, director ejecutivo interino del Centro de Energía renovable y
Eficiencia energética del Caribe, sostiene que Guyana no debería entusiasmarse
demasiado con el descubrimiento.
“Guyana se encuentra dentro de la
Alianza de Pequeños Estados Insulares (Aosis), el grupo que lucha por mantener
las temperaturas debajo de 1,5 grados, y ahora querrá vender carbono para
quemar. Pienso que va a tener que ponderarlo muy bien y dilucidar ‘¿esto
es una bendición o una maldición?’”, señaló Binger a IPS.
“Si ahora encuentra una gran cantidad de petróleo, y básicamente para
mantener las temperaturas bajas estamos diciendo que no a los combustibles de
carbono, ¿entonces a quién se lo va a vender?”, cuestionó.
“No sé cuánto va a poder vender porque procura cumplir con los
requisitos de las Contribuciones Previstas Determinadas a Nivel Nacional (INDC)
para mantener las temperaturas por debajo de 1,5 grados”, añadió el experto.
Países de todo el mundo adoptaron un
histórico acuerdo climático internacional en la 21 Conferencia de las
Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático,
celebrada en París en diciembre de 2015. Las INDC están esbozadas públicamente
en medidas climáticas posteriores a 2020 que los países tienen intenciones de
llevar a cabo según el acuerdo.
Las medidas climáticas que se comunican en estas INDC determinarán en
gran medida si el mundo logrará alcanzar los objetivos de largo plazo del
Acuerdo de París, o sea mantener el aumento de temperatura media bien por
debajo de dos grados, seguir el esfuerzo para limitar el aumento a 1,5 grados,
y lograr cero emisiones netas en la segunda mitad de este siglo.
La consigna de Aosis ha sido “1,5 para seguir vivos”, indicando que
representa el nivel de calentamiento global más allá del cual muchas pequeños
Estados insulares vulnerables se verán abrumados por consecuencias climáticas
severas.
Los hallazgos científicos basados en
escenarios de bajas emisiones – también estudiados por el Grupo
Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático en su quinto
informe de evaluación – muestran que es tanto física como económicamente
factible limitar el calentamiento a menos de 1,5 grados para 2100, luego de que
se superen temporariamente 1,5 grados en los años 2050, aunque manteniéndose
por debajo de dos grados.
Binger sostuvo que mantener el calentamiento por debajo de dos grados
requiere una acción temprana y rápida para limitar el nivel de acción en los
próximos diez años a 1,5 grados.
“Por lo que, si hay mucho carbono, ¿qué haremos con él? Seguimos
emitiendo carbono y ahora estamos llegando al punto en que básicamente no
podemos emitir más porque no hay más espacio para él si queremos permanecer en
temperaturas en las que podamos sobrevivir”, advirtió.
Con un aumento de temperatura media por debajo de un grado, algunas
islas pequeñas ya han experimentado impactos que incluyen la severa erosión de
las costas, la invasión de agua salada, la degradación del hábitat marino y
fuertes tormentas tropicales.
Binger
explicó que limitar el calentamiento a menos de 1,5 grados para 2100 requiere
una reducción de emisiones de gases de invernadero de 70 a 95 por ciento en
relación a los niveles de 2010 a 2050. Esto es considerablemente mayor que el
40 a 70 por ciento necesario para mantenerlo a dos grados para 2050.
Las emisiones totales de gases de invernadero tienen que
alcanzar el cero global de 2060 a 2080 para alcanzar un aumento de 1,5 grados
comparado con los dos grados entre 2080 y 2100.
“Si tenemos que descarbonizar y tenemos que llegar a cero
combustibles emisores de carbono, entonces el único carbono que podríamos
quemar sería alguna porción de lo que capturamos”, dijo Binger.
En noviembre de 2009, Guyana hizo un trato con Noruega por
el cual esta acordó pagarle hasta 250 millones de dólares durante cinco años si
el país sudamericano mantenía su bajo índice de deforestación. Fue la primera
vez que un país industrializado, consciente de sus propias emisiones de dióxido
de carbono, le pagaba a un país en desarrollo para que mantuviera sus árboles
en la tierra.
Con esta iniciativa, desarrollada por la Organización de las Naciones
Unidas y la iniciativa
Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación de Bosques, Guyana puede
continuar talando árboles siempre y cuando esté protegida su biodiversidad.
Guayana es uno de los países más pobres de la región y las
autoridades pretenden mejorar la economía con la producción de petróleo, que
esperan iniciar alrededor de 2020.
Los primeros cálculos de expertos sobre cuánto petróleo recuperable
podría tener Guyana alcanzan a más de 4.000 millones de barriles, que a precios
actuales tendrían un valor de 200.000 millones de dólares.
Por Desmond Brown
Traducido por Álvaro Queiruga
http://www.ipsnoticias.net/2017/03/la-bendita-maldicion-del-petroleo-descubierto-en-guyana/